domingo, 1 de noviembre de 2009

A un año de nuestro primer satélite


A un Año de nuestro primer satélite

El 29 del año pasado, toda Venezuela vibró a las 12:24 pm hora legal del país, cuando al otro lado del mundo, un cohete chino, el Larga Marcha 3-B, alzaba el vuelo con el primer satélite venezolano. Todos recordamos el rugir de los motores y el tricolor venezolano elevándose a los cielos para catapultar a Venezuela en la era espacial.

Desde la década de los ochenta se hablaba de colocar un satélite en órbita para los países de la comunidad andina y finalmente en 1996, Venezuela a nombre de la CAN (Comunidad Andina de Naciones) hizo una solicitud ante la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) para ocupar una órbita con el satélite Andesat, pero no había voluntad política ni en Venezuela ni en la CAN y la petición caducó en el año 2000. Esto fue aprovechado por México para ocupar esa órbita y ahora los aztecas tienen 3 satélites. Hay que acotar que la UIT es el organismo internacional responsable de asignar las órbitas y frecuencias a nivel mundial para medios de comunicación.

Venezuela seguía insistiendo en su intención de tener un satélite pero ahora queríamos transferencia tecnológica. Se buscó negociar con los países que tienen tecnología para lanzar satélites y en todos ellos la respuesta era la misma, nos fabricaban el satélite y lo ponían en órbita, hasta lo podíamos usar para lo que quisiéramos, pero solo ellos manejaban y controlaban lo que subía y lo que bajaba. Esto no fue aceptado por Venezuela y finalmente la China aceptó fabricarnos el satélite, ponerlo en órbita y transferirnos la tecnología de manera tal que hoy día, dicho satélite está siendo operado por personal venezolano.

El costo del satélite asciende a unos doscientos sesenta millones de dólares, lo cual es un precio excelente para todo el potencial que ahora se nos da en materia tecnológica y científica. Esa inversión incluye la fabricación del satélite, su puesta en órbita, las estaciones terrenas y lo más importante como es la capacitación de personal venezolano para operar todo el sistema. Un total de noventa compatriotas han sido entrenados por la República Popular China, estos son 15 ingenieros que han hecho doctorados en tecnología satelital, 15 que han hecho estudios a nivel de maestría y sesenta técnicos en ciencias satelitales. Como si esto no fuese suficiente, el estado venezolano ahora dejará de pagar dos millones de dólares mensuales por uso de satélites privados.

Las perspectivas para el desarrollo que trae este satélite al país y a la región son enormes. En la era de informática, tener un recurso como un satélite propio es una capacidad que a nuestro parecer no ha sido valorado en toda su dimensión incluso por personas e instituciones que deberían ser las primeras en crear conciencia sobre lo que esto significa.

Las posibilidades que trae para las transmisiones de televisión, de datos y de telecomunicaciones en general son enormes. Una mención particular merecen la telemedicina y la teleducación, las cuales según las informaciones que se difunden, ocuparán un 40% de la capacidad de satélite. Esto permitirá llevar atención médica y educación a comunidades que tradicionalmente han tenido dificultades para el acceso a estos servicios.

Se habla mucho de proyectos de telemedicina, pero comienza a imponerse en el mundo el término de telesalud por ser un concepto más amplio. Veamos. “La telemedicina se define como la aplicación de las tecnologías de información y comunicaciones para transferir información médica para el diagnóstico, terapia y educación” [1]. La telesalud se considera un concepto más amplio y se define como “la aplicación de las tecnologías de información y telecomunicaciones para transferir información del cuidado de la salud para brindar servicios clínicos, administrativos y educativos”[2]. La Organización Mundial de la Salud en 1997 afirma que la telesalud se entiende como la integración de los sistemas de telecomunicaciones a la práctica de la protección y promoción de la salud, mientras que la telemedicina es la incorporación de estos sistemas a la medicina curativa.

La telesalud es necesariamente interdisciplinaria y allí convergen profesionales de diferentes especialidades. En un proyecto de esta índole encontramos ingenieros de diferentes ramas, administradores, educadores, personal paramédico y por supuesto médicos. Ningún sector o ministerio debe monopolizar la implantación o instalación de un sistema tal en el país o estaremos siguiendo una receta segura para el fracaso. Aquí es muy importante la participación de la sociedad civil organizada que puede indicar cuáles son sus necesidades y cuáles sus expectativas.

Un aspecto del que poco se habla es el legal. ¿Cuáles serán los derechos del paciente bajo este sistema? ¿Cuáles serán los del médico? ¿Dónde se realiza la consulta? ¿En el sitio donde está el paciente o donde está el médico? En el caso de la telemedicina privada, ¿cómo se manejará el pago de los servicios médicos? ¿Qué papel jugarán las compañías de seguros en el desarrollo de la telesalud en Venezuela? Estas preguntas se complican aún más cuando hablamos de los programas de integración con los países latinoamericanos. Por ello deben abordarse estos temas cuanto antes, para no ser abrumados luego por las necesidades y urgencias que presentará la misma instauración de la telesalud en el país, sea en el sector privado o en el sector público.

Aún sin incluir el satélite, Venezuela cuenta con una muy buena infraestructura de telecomunicaciones si la comparamos con otros países de la región. Con la CANTV nacionalizada, las posibilidades de desarrollo en telesalud y teleducación son realmente esperanzadoras. Venezuela espera contar con 20.000 kilómetros de fibra óptica para el año 2010, según una reciente entrevista a Franco Silva, el nuevo Presidente de CANTV. Hay instaladas muchas redes en diversas partes y en cuanto a telemática el país cuenta con una estructura bastante buena si se compara con otros países. Además de esto las plataformas de conexión inalámbrica son buenas para el tamaño de nuestro territorio, aunque está claro que aún debemos apuntar a mejorar. Y ahora a todo esto se agrega el satélite lo cual nos da un potencial que apunta al infinito.

La telemedicina ya llegó a Venezuela por el sector privado y ha llegado para quedarse. El estado sabrá sentar los fundamentos sólidos sobre los cuales se construirá el sistema de telesalud en el país, pero si esto no ocurriese así, esta disciplina traerá más problemas que los que resolverá.

En el caso del Estado Lara, hay varios proyectos que se están ejecutando o están próximos a iniciarse. En el proyecto “Simón de los Pueblos de Guarico”, la Universidad “Simón Rodríguez” usará el satélite para llevar educación a distancia a la parroquia de Guarico, de allí su nombre. Este mismo enlace se podría usar en otras frecuencias o canales para la telesalud. Se habla de integrar todo el sistema Barrio Adentro en el estado en una sola plataforma y la telesalud sería ideal para esto. Los dos más grandes hospitales de la ciudad de Barquisimeto, el “Antonio María Pineda” y el “Luis Gómez López”, podrían ser referencia a todo el estado Lara y a la región centro occidental a través de un sistema de telesalud y los beneficios serían incalculables. Además, un centro de telesalud piloto en Lara podría coordinar con los estados vecinos para llevar la experticia de los especialistas que son escasos en zonas remotas. Aunque aquí hay que hacer notar que en Lara aún no se avizora la coordinación de los proyectos mencionados.

Cuando enfocamos esto a nivel nacional, estas necesidades se hacen aún mayores. Existen varios estados con proyectos pilotos de telemedicina y hay un Proyecto Nacional de Telemedicina que actualmente según nos informan, está engavetado. Se hizo hace unos cuatro o cinco años y en éste participaron las universidades que tienen la plataforma como para poder brindar un servicio de esta naturaleza. Este programa debe ser estudiado y actualizado para ejecutarlo. Por eso es tan importante la coordinación a nivel nacional para la telesalud y la telemedicina. De no hacerse así corremos el riesgo de que cada estado desarrolle su propio sistema y cuando se quiera establecer un sistema nacional, cada estado tendrá su propio conjunto de protocolos, programas y plataformas tecnológicas y el conectar a todo el país no solo se hará más difícil por la posible incompatibilidad de sistemas sino que puede significar retrasos muy grandes para el proyecto nacional de país.

De todos los beneficios que trae al país y la región esta inversión, la telesalud y la teleducación por sí solos justifican con creces esta inversión y hasta la hacen muy modesta. Cuando gracias a los servicios de telesalud se salve la vida de un niño y evitemos el luto en una familia, evitemos el llanto de unos padres que tienen que enterrar todos los sueños que tenían en su hijo, con un solo caso de estos ya el satélite se habrá pagado. Pero con toda seguridad que de esos casos tendremos muchos si los servicios se prestan como debe ser.

Y en este primer aniversario ya el satélite está dando frutos. Cuando vemos escuelas en zonas remotas que ahora tienen acceso a internet y donde los niños están aprendiendo a navegar en ella es sabemos que estamos recogiendo los fruntos del satélite. La sonrisa de cada niño que descubre un mundo nuevo a través de una computadora es un producto de gran valía en una sociedad en donde los más nobles valores humanos deben ser los que nos guíen. ¿Cómo se pone precio a la educación de un niño? ¿Cómo se pone precio a su salud?

El pasado 7 de octubre, varios miembros de la Asociación Larense de Astronomia, ALDA, visitamos la Base Aérea “Manuel Ríos” en El Sombrero, Estado Guárico. Allí conocimos las instalaciones desde donde se controla el satélite. Una de las informaciones más importantes que recogimos es que los sistemas electrónicos y de transmisión del satélite están operando al cien por ciento. Para el momento de nuestra visita estaba siendo usado a un 30 por ciento de su capacidad sencillamente porque aún no se han desplegado todos los servicios que prestará el sistema, pero no hay ningún problema en cuanto a operación.


En nuestra función divulgativa como asociación científica sin fines de lucro, hemos estado siempre interesados en conocer el número de infocentros que se han conectado al satélite, las escuelas que comienzan a tener ese servicio, los proyectos de telesalud y los demás proyectos que empiezan a cristalizarse. Sin embargo no ha sido fácil conseguir esa información. Nos enteramos en el programa especial del aniversario del satélite, que hasta ese día se habían desplegado 1.549 antenas satelitales de las cuales 1220 están en el sector educativo, 70 bases de frontera de la FAN han actualizado sus sistemas de comunicación y 33 localidades de salud ahora se conectan al satélite.

A nosotros en ALDA, esto nos satisface porque en forma directa nos ayuda en nuestra misión de divulgar la ciencia, pues mientras más gente pueda tener acceso a internet, a más gente podemos llegar a través de nuestra página web (www.tayabeixo.org) y llevar nuestro mensaje no solo de divulgación de la ciencia sino de toma de conciencia de quiénes somos y nuestra posición en el Universo.

Algunos piensan que es muy difícil conectar todos los centros de salud en forma de redes para así comunicarse, intercambiar información médica, historias clínicas y otras cosas. Sin embargo estas redes existen ya y las tenemos en los sistemas bancarios. Allí está almacenada toda la información de todos los que tienen alguna cuenta en algún banco en el país. Sí en un país que marcha hacia el socialismo podemos tener redes de telemática para cuidar el capital de los bancos, con más razón podemos tenerlas para cuidar el mayor capital de la patria como es la salud de su población.

Tenemos fe en que pronto estaremos hablando de un sistema de telesalud gran nacional, un sistema de telesalud que nos integre con los pueblos hermanos de Suramérica, Centro América y el Caribe. ¿Y por qué no? Hasta con los pueblos del Africa.

Andrés Eloy Mendoza

Bioingeniero

andrese.mendoza@gmail.com


[1] NORRIS, A.C., Essentials of Telemedicine and Telecare. John Wiley and Sons, LTD., West Sussex, England. 2002. Pgs. 177.

[2] Idem.

sábado, 18 de julio de 2009

La Telesalud y la Telemedicina: herramientas para la Salud (Parte 3)


Estas tecnologías nos permitirán mejorar los estándares del cuidado de la salud en todo el mundo. La internet nos proporciona una oportunidad importante para la educación a distancia y para la diseminación de conocimientos médicos para apoyar esta meta.

Michael E. DeBakey, M.D.

Houston, Octubre 22, 1996

El potencial de la telesalud es enorme y cada día sus horizontes se expanden más. En la medida en que la ciencia y la tecnología avanzan se agregan nuevas posibilidades al quehacer mientras tanto la sociedad moderna se adapta más a la tecnología. Una de las herramientas que ofrecen los adelantos de la ciencia y la tecnología es precisamente el tema que nos ocupa en este artículo, la telesalud.

La telesalud tiene un gran potencial en cuanto a su uso y en cuanto a los beneficios que puede traer a toda la humanidad. Pero es necesario comprender sus principios y la tecnología para usarla en forma efectiva y segura con el fin de optimizar el uso de los recursos disponibles.

La telesalud puede ayudar enormemente para brindar asistencia en materia de salud a comunidades en áreas remotas. Los hospitales y centros de salud de cuidados primarios tanto rurales como urbanos son los primeros que vienen a la mente cuando pensamos en sitios donde los beneficios de la instalación de un sistema de telesalud se pueden hacer realidad. Además de esto, la telesalud también se puede usar en las prisiones y centros de detención con el fin de brindar asistencia a los reclusos y trabajadores de esos sitios. Esto ayuda no solo a brindar la atención más rápida sino que también evita gastos en el traslado de reclusos por los costos del personal que es necesario desplegar para preservar la seguridad en los sitios a los cuales los reclusos son trasladados.

Las guarderías, escuelas y centros de educación en general pueden tener un servicio de telesalud el cual les permita tener acceso a los servicios de salud inmediatamente sin necesidad de trasladarse y el tiempo que se ahorra en esto puede ser muy importante. También los centros de cuidado de ancianos o niños especiales son lugares ideales para instalar un punto de acceso a un sistema de telesalud. Esto ayudará en la prevención y educación de las comunidades y tal vez así ocurran cambios en la forma de conducta para un mejor estilo vida y una mayor salud.

Hay estudios que indican que el cuidado de pacientes en el hogar se puede mejorar mucho con sistemas de telesalud en el hogar. Estos estudios indican que el número de visitas a las salas de emergencia se reducen y esto ayuda a descongestionar los centros para atender los casos que necesariamente tienen que ser atendidos en persona.

Otra aplicación importantísima que puede tener la telesalud y en particular la telemedicina es en los casos de desastres naturales o producidos por el hombre y de grandes proporciones. Ya la telemedicina ha demostrado su utilidad en casos como el del terremoto de Armenia en 1988 antes mencionado.

No obstante, algunos pueden llegar a preguntarse qué tan efectiva es la telesalud vista meramente desde el punto de vista médico. Para verificar su efectividad, podemos remitirnos a trabajos publicados que hablan de una gran efectividad y un promisorio futuro. Veamos uno en particular uno que es muy completo.

El Centro de Telesalud de la Universidad de California en Davis, tiene estudios muy interesantes que demuestran la efectividad de la telesalud en cuanto a la satisfacción del paciente, del médico, resultados clínicos y efectividad en el costo[1]. Revisemos sus resultados para el año 2004 y tomemos en cuenta que las muestras son en promedio de unos 300 casos en cada renglón y las respuestas están evaluadas en la escala del 1 al 5, en donde 5 es la mejor calificación.

Pacientes

Grado de satisfacción con el resultado del uso de la telemedicina

4,75

Grado de comodidad al hablar con el médico a través del sistema de telemedicina

4,62

Disposición a volver a usar la telemedicina

4,91

Médicos

Grado de satisfacción en la comunicación con el especialista (en el caso de médicos generales que consultaban a un especialista)

4,93

Capacidad para realizar el examen médico

4,81

Efectividad de la consulta a través de la telemedicina como una experiencia de aprendizaje

4,81

Si la consulta hubiese sido en persona, habría sido mejor.

2,15

Disposición a volvería a usar la telemedicina

4,65

Estos resultados son muy halagadores en cuanto a la efectividad de la telemedicina, en particular es interesante que la mayoría de los usuarios piense que la consulta médica a través de la telemedicina sea tan efectiva como en persona y que estén dispuestos a volver a usar el sistema. En este artículo se muestra el promedio en el último año del estudio, pero un detalle muy interesante que no aparece reflejado aquí es que estos promedios tienden a mejorar cada año. Esto hace pensar que en la medida en que los usuarios y operadores del sistema se familiarizan con la telesalud, ésta se hace más efectiva.

Otros aspectos evaluados en estos estudios y que no son menos interesantes que los ya mencionados son los que muestran que con los programas de salud en el hogar a través de la telemedicina, estos pacientes realizaron menos visitas a la sala de emergencia. Algo que parece dramático es que se haya producido un cambio de diagnóstico en el 50% de los casos gracias a la telemedicina y en el 81% de los encuestados se haya producido un cambio de tratamiento.

Pero si aún quedan dudas de la efectividad de la telesalud, solo es necesario revisar algunos casos emblemáticos en el uso de estas tecnologías, como lo fue el ya mencionado terremoto de 1988 en Armenia o la atención a heridos durante la guerra del Golfo en 1992 y en la más reciente invasión a Irak, esta aplicación realizada por parte del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.

Un caso en particular que vale la pena mencionar y revisar un poco más a fondo es el del Presidente de la Federación Rusa, Boris Yeltsin en el año 1996. En plena campaña electoral ese año, Yeltsin presentaba problemas cardíacos serios. Siendo el Presidente de la segunda potencia mundial, se buscó la opinión de quizás el mejor cirujano cardiovascular del mundo en ese entonces. Fue así como el Dr. Michael DeBakey recomendó practicarle un bypass cuádruple. Pero antes se le sometió a un tratamiento para corregir otras cosas. Desde el centro de telesalud del Texas Children’s Hospital en Houston, Texas, USA., el Dr. Debakey examinó a Yeltsin y monitoreó la evolución de éste hasta dar el visto bueno para su operación. El Kremlin no estaba a gusto con que al Presidente ruso lo operara un médico de otra nacionalidad y por ello se seleccionó al Dr. Renat Akchurin para practicar la intervención. El Dr. Akchurin había sido discípulo del Dr. DeBakey en Houston en los años ochenta. El día 5 de Noviembre de 1996, el Dr. Akchurrin operó a Yeltsin, con el Dr. Debakey monitoreando la operación desde otro salón en el mismo Centro Cardiológico de Moscú[2]. Luego el Dr. Debakey hizo seguimiento a Yeltsin nuevamente desde Houston. Algunas de las transmisiones de este sonado caso fueron coordinadas por el Dr. Yadin David, director del Centro de Telesalud del Texas Children’s Hospital para ese entonces.

Una pregunta que dicta el sentido común, es la siguiente: Si en el año 1996 la telesalud no se hubiese considerado confiable, ¿se habría usado ésta en el caso del Presidente de la segunda nación más poderosa del mundo?

Luego de hablar de la efectividad de la telemedicina y la telesalud y después de ver algunos casos en los cuales ha sido utilizada esta tecnología, podemos entonces hablar de algunos de los beneficios que traería un sistema social de telesalud en Venezuela y en particular en el Estado Lara.

Uno de los primeros beneficios que podemos inferir es que las comunidades más lejanas seguramente recibirán más y mejor atención médica. Además de esto, el acceso a médicos especialistas será más fácil para ellos y el seguimiento de los pacientes será más constante. Los pacientes podrán recibir atención más rápido. Un resultado de un buen sistema público de telesalud será que los hospitales tipo IV tenderán a descongestionarse al no ser necesario que pacientes de áreas lejanas se trasladen hasta éstos para buscar atención especializada. Lo mismo debe ocurrir con los hospitales y ambulatorios urbanos. Los médicos especialistas podrán prestar sus servicios en sitios remotos sin necesidad de viajar y así mismo, los médicos generales que consultan especialistas a través del sistema recibirán consejos y se beneficiarán de la experiencia de éstos.

Algo muy importante es que la gente de menos recursos económicos en zonas lejanas se verá menos obligada a viajar lejos de su lugar de residencia para recibir atención médica. Esto implica que la población como un todo recibirá mejor y más atención y por ende debe mejorar su calidad de vida. De esta manera habrá un uso más eficiente de los recursos técnicos y del talento humano.

Pero también hay algunos beneficios intangibles en la instalación de un sistema de telesalud para las zonas lejanas o de difícil acceso. Uno es que se reduce la sensación de estos grupos de estar aislados o abandonados. Con un sistema tal, se mejora el rango de alternativas para los pobladores, que en muchos casos ni siquiera tienen otra opción que la de viajar a los centros especializados. Con esto también se crea un espíritu de optimismo y se puede brindar pronta atención a pacientes que antes tardaban más en ser atendidos.

Andrés Eloy Mendoza R.

Bioingeniero

Agradecimiento:

Al Dr. Yadin David, Consultor de Ingeniería Biomédica, por su valiosa colaboración en la elaboración de este artículo. El Dr. David es fundador y primer Presidente del Centro de Leyes para la Telemedicina y e-Health (Center for Telemedicine and e-Health Law, www.CTeL.org) y asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) así como de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en materia de Telesalud e Ingeniería Clínica y entre los diferentes países a los cuales presta asesoría hay que mencionar a la China, donde supervisa los respectivos programas de Telesalud e Ingeniería Biomédica.

Bibliografía

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Latifi, Rifat. Current Principles and Practices of Telemedicine and e-Health. IOS Press. Amsterdam. 2008. Pgs. 287.

Maheu, Marlene and others, E-Health, Telehealth and Telemedicine: A Guide to Start-Up and Success. Jossey-Bass: A Wiley Company, San Francisco. 2001. Pgs. 380.

Nesbitt, Thomas. Telehealth Overview. Universidad de California en Davis. (www.ucdmc.ucdavis.edu/cht/programs/). Presentación en la Universidad de California en Davis, California, USA. 2003.

NORRIS, A.C., Essentials of Telemedicine and Telecare. John Wiley and Sons, LTD., West Sussex, England. 2002. Pgs. 177.

Reid, Jim. A Telemedicine Primer: Understanding the Issues. ISBN 0-9653045-0-7. Innovative Medical Communications, Des Moines, IA, USA. 1996. Pgs. 303.

Telesalud en las Américas. Editado por la Organización Panamericana de la Salud, OPS. Organización de los Estados Americanos. ISBN 0-8270-4613-8. 2003. Pgs. 49.



[1] University of California at Davis. www.ucdavis.edu/telehealth

[2] Hoffman, David. Yeltsin Heart Operation Called a Success. The Washington Post. Noviembre 6, 1996. Pag. A-03. Washington, D.C. USA.

martes, 14 de julio de 2009

La Telesalud y la Telemedicina: herramientas para la Salud (Parte 2)

Portada visionaria de la revista “Radio News” en 1924 mostrando un “radio médico” que podía ver y ser visto por su paciente. La primera transmisión experimental de televisión no ocurrió hasta el año 1927[1].


El cuidado de la salud consiste en adoptar un comportamiento saludable y tener un manejo óptimo de la enfermedad cuando ésta se presente. Esto comprende tomar decisiones para el tratamiento y el médico tiene muchas fuentes de información para fundamentarlas. La principal fuente de información es desde luego el conocimiento que él ha adquirido en sus años de estudios además de la experiencia acumulada. Otra fuente importante son libros y revistas especializadas así como también el diálogo con especialistas. Con el advenimiento de las tecnologías de información y comunicación, estas fuentes se expanden aún más al agregarse la informática médica en línea. Además de esto, la telemedicina y la telesalud aparecen para traer la experiencia del especialista al punto de cuidado del paciente sin importar la distancia física que medie entre ellos.

Ya se mencionó que la telesalud se puede realizar en dos modalidades, en tiempo real y asíncrona. Esta última también es llamada la modalidad de “guardar y enviar”. Entre los ejemplos de las aplicaciones de las tecnologías de telesalud tenemos la teleconsulta basada en video, el monitoreo remoto, la teleradiología y el cuidado del paciente en el hogar. En cada una de ellas hay capacidades diferentes y necesidades distintas según la especialidad o el servicio que se brinda. En esto entran en juego las capacidades de conexión, la rapidez de ésta, la información que es necesario compartir así como otras variables que van más allá del enfoque de este artículo. Se puede considerar como una modalidad adicional aquella de un portal web o sitio en internet al cual los individuos pueden conectarse y obtener información relacionada con la salud así como terapias disponibles para enfermedades. Estos servicios son diferentes a los que cubrimos antes y pueden basarse en una comunicación en una sola vía o en dos vías. Es decir, la comunicación en la que solo una parte transmite o envía y la otra solo recibe, o una comunicación en la cual ambos envían y reciben.

Mientras la tecnología avanza y los equipos ofrecen más funciones van apareciendo nuevas aplicaciones para la telesalud. Es por ello que hoy día la telemedicina se puede usar en la mayoría de las especialidades médicas. Incluso la cirugía a distancia ya comienza a despuntar en el horizonte de posibilidades. Esta especialidad merece una mención aparte porque algunas cosas parecen de ciencia ficción pero son solo lo que la ciencia y la tecnología están desarrollando. No está lejano el día en que el cirujano esté lejos del paciente y a través de dispositivos electrónicos y brazos robóticos pueda practicar una operación al paciente. Actualmente se trabaja en mecanismos que llevan a escalas muy pequeñas los movimientos de las manos del cirujano. En este caso, el médico maneja una interface que a través de dispositivos electrónicos y mecánicos reproduce los movimientos de las manos del cirujano pero en escalas muy pequeñas. De este modo se pueden reparar daños dentro de vasos muy pequeños[2].

La educación a distancia es una capacidad que merece especial mención por su importancia y porque una vez que se tiene instalado un sistema de telesalud, la enseñanza debe ser parte tácita de ese servicio. En este caso podemos tener la transmisión de video, de audio o de datos.

Podemos hablar de varios tipos de tele-educación, según el receptor y según el propósito de la transmisión: educación clínica en la teleconsulta, educación clínica a través de internet así como también estudios académicos (formales) y educación pública también a través de la gran autopista de la información. La educación a distancia es una función inherente de cualquier sistema de telesalud, pues en cualquiera de sus funciones, siempre habrá la posibilidad de enseñar a una o a todas las partes que participan.

En el caso de la consulta médica a distancia, el médico general que consulta a un especialista, aprende sobre esa especialidad al ser guiado por un experto. Aparte de eso, el médico general al lado del paciente no solo ayuda a explicar mejor el caso al especialista, sino que también ayuda a explicar al paciente las indicaciones del experto al que se consulta. Otra ventaja de la telesalud es que el seguimiento al paciente se hace más fácil y eficiente.

Gracias a internet la telesalud tiene un alcance muy importante para la enseñanza, en particular por lo amplio del espectro en temas que de alguna manera tienen que ver con la salud y por la cantidad de personas a las que puede llegar. Esta es una razón importante para que existan programas de telesalud que eduquen a los usuarios de estos servicios sobre el uso y manejo de la información pertinente. Programas serios de telesalud pueden orientar e influir en el manejo de la información de información sobre salud.

A pesar de que los términos telesalud y telemedicina suenan muy novedosos, la verdad es que el concepto no es tan reciente. Ya en 1924 la revista “Radio News” muestra en la portada un televisor a través del cual un médico examina a un paciente que obviamente está lejos de él. La televisión no apareció hasta el año 1927 pero la idea del diagnóstico a distancia ya se manejaba. Con los vuelos espaciales tripulados por parte de la extinta Unión Soviética y los Estados Unidos, surge la necesidad de monitorear los parámetros fisiológicos de los viajeros al espacio y esto ayudó mucho a desarrollar la telemedicina. En particular, las mediciones de los parámetros fisiológicos de los astronautas durante los viajes a la luna siguen siendo las más lejanas realizadas a seres humanos.

La Universidad de Nebraska, en USA, utilizó la telemedicina a principios de la década de los sesenta para brindar atención psiquiátrica y monitorear a los pacientes a distancia. Luego se ha utilizado la telemedicina en casos muy peculiares para brindar atención a distancia y de ello hablaremos más adelante.

Entre los numerosos hitos interesantes en la historia de la telesalud, podemos mencionar el proyecto STARPAHC al final de la década de los cincuenta, el cual era para brindar atención médica a los indios de las reservaciones Papago en Arizona, USA y fue una de las primeras aplicaciones de telemedicina. En 1965, el Dr. Michael DeBakey transmite vía satélite desde Houston, Texas, USA a Europa por primera vez una operación de puente arterio-venoso como parte de un curso a distancia sobre cirugía cardiovascular. Fue esta una aplicación de la telemedicina en materia de educación.

En 1988 ocurre el terrible terremoto en Armenia, entonces una república de la desaparecida Unión Soviética. Este es uno de los momentos en que la telemedicina muestra su utilidad. Muchos países del mundo colaboraron con las víctimas y desde varias ciudades de los Estados Unidos se creó una conexión vía satélite con Armenia para brindar ayuda médica. Luego este esfuerzo fue bautizado por algunos como el “Puente Espacial para el terremoto en Armenia”.

Internet también va cobrando importancia en aplicaciones de telesalud y el 18 de Agosto de 1998, el Dr. Robert Lazzara practica la primera cirugía de corazón abierto que es transmitida al mundo en vivo vía internet. Esto ocurrió en el Providence Medical Center de Seattle, estado de Washington, USA[3]. Hoy día es común encontrar cursos a distancia vía internet en prácticamente cualquier disciplina. De esta manera vemos que en la medida en que las telecomunicaciones y la informática avanzan, las aplicaciones de estas van permitiendo actividades a distancia que antes eran impensables.

Andrés Eloy Mendoza R.

Bioingeniero

Agradecimiento:

Al Dr. Yadin David, Consultor de Ingeniería Biomédica, por su valiosa colaboración en la elaboración de este artículo. El Dr. David es fundador y primer Presidente del Centro de Leyes para la Telemedicina y e-Health (Center for Telemedicine and e-Health Law, www.CTeL.org) y asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) así como de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en materia de Telesalud e Ingeniería Clínica y entre los diferentes países a los cuales presta asesoría hay que mencionar a la China, donde supervisa los respectivos programas de Telesalud e Ingeniería Biomédica.

Bibliografía

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Field, Marilyn J., TELEMEDICINE: A GUIDE TO ASSESSING TELECOMMUNICATIONS FOR HEALTH CARE. ISBN 09-309-05531-8. National Academy Press, Washington D.C. 1996.

Latifi, Rifat. Current Principles and Practices of Telemedicine and e-Health. IOS Press. Amsterdam. 2008. Pgs. 287.

Maheu, Marlene and others, E-Health, Telehealth and Telemedicine: A Guide to Start-Up and Success. Jossey-Bass: A Wiley Company, San Francisco. 2001. Pgs. 380.

Nesbitt, Thomas. Telehealth Today and Tomorrow. Presentación en la Universidad de California en Davis, California, USA. 2003.

NORRIS, A.C., Essentials of Telemedicine and Telecare. John Wiley and Sons, LTD., West Sussex, England. 2002. Pgs. 177.

Reid, Jim. A Telemedicine Primer: Understanding the Issues. ISBN 0-9653045-0-7. Innovative Medical Communications, Des Moines, IA, USA. 1996. Pgs. 303.

Telesalud en las Américas. Editado por la Organización Panamericana de la Salud, OPS. Organización de los Estados Americanos. ISBN 0-8270-4613-8. 2003. Pgs. 49.



[1] Field, Marilyn J., Telemedicine: A Guide to Assessing Telecommunications in Health Care. ISBN 09-309-05531-8. National Academy Press, Washington D.C. 1996. Pag. 37.

[2] Ver Essentials of Telemedicine and Telecare. Pg. 25

[3] “Cooley Second to Perform Heart Surgery on the Internet”. Diario Los Angeles Times, 20 de Agosto de 1998, Cuerpo A, Página A-19. Los Angeles, California, USA.

viernes, 10 de julio de 2009

La Telesalud y la Telemedicina: herramientas para la Salud (Parte 1)

Un sistema de salud puede ser evaluado por el acceso de la población a los servicios, la calidad de estos, los resultados y los costos. Uno de los problemas más serios que presenta la salud en Venezuela es el acceso a servicios de calidad en las comunidades rurales. En estas zonas es difícil en la mayoría de los casos el acceso al cuidado médico y más aún el acceso a un especialista. Hasta cosas sencillas como pueden ser una campaña contra alguna enfermedad común o la divulgación de normas de higiene o control de una condición, se hacen muy difíciles en las regiones más apartadas. Además de esto, cuando el cuidado de las personas de estas comunidades lejanas es provisto por centros médicos de ciudades más grandes, entonces surge el problema de la falta de seguimiento al cuidado y/o tratamiento.

Afortunadamente en Venezuela la computación y las telecomunicaciones han tenido un desarrollo notable en los últimos años e imperceptiblemente se ha logrado un buen despliegue de estas tecnologías aunque esto aún no es suficiente para cubrir todo el país. No obstante, el lanzamiento del satélite “Simón Bolívar” abre un horizonte inmenso de esperanzas a las comunidades lejanas y tradicionalmente olvidadas. Entre los avances que se aguardan con gran expectativa, la telesalud debe ser una de las disciplinas de más desarrollo en el futuro inmediato, impulsada por la computación y los medios de comunicación actuales, ya que el satélite permite el enlace con las zonas más remotas y con sitios a los cuales no llegan las redes tradicionales.

En el presente, la telemedicina y la telesalud son términos muy en boga en el país y en gran parte se debe al lanzamiento del satélite venezolano y a las grandes expectativas que se han generado alrededor de todo esto. Aunque hay algunas variaciones en las definiciones que dan los autores sobre estos términos, podemos hacer un resumen de cada uno y así entendemos mejor lo que se puede lograr con estos avances.

Con el avance de las telecomunicaciones se comenzó a enviar información de parámetros fisiológicos de una ubicación a otra. Telemedicina fue el término acuñado para definir el uso de las tecnologías de comunicaciones en la realización del acto médico o alguna consulta médica a distancia. Luego las mismas tecnologías fueron agregando otros usos y aplicaciones y expandiendo sus alcances. Así llegamos al concepto más aceptado por los expertos actualmente y que incluye la forma como se realiza y lo que abarca esta disciplina. Podemos entonces decir que “la telemedicina utiliza las tecnologías de información y telecomunicaciones para transferir información médica para el diagnóstico, terapia y educación”[1].

Al incluir en la definición la educación, entonces se amplía el término. Ya no solo comprende el acto médico transmitido para fines de diagnóstico o terapia sino que incluye además la transmisión de este para educar tanto a otros profesionales de la salud como a la población misma.

La tecnología siguió agregando posibilidades y abriendo horizontes para la asistencia en materia de salud y así surgió el término “telesalud” el cual es más amplio e incluyente y lo entendemos como “la aplicación de las tecnologías de información y telecomunicaciones para transferir información del cuidado de la salud para brindar servicios clínicos, administrativos y educativos”[2].

El término “telemedicina” básicamente se limita a la medicina en sí y en particular en seres humanos. Al incluir la información administrativa del cuidado de la salud se reconoce como parte de esta disciplina el envío de información que poco o nada tengan que ver con contenido clínico o médico. Así mismo, en la parte de educación a distancia se incluye cualquier tópico que tenga que ver con salud, no solo el acto médico en sí, de manera tal que cualquier uso que se le dé a los medios actuales de comunicación, sea internet, redes públicas o privadas, si se usa para algo que en alguna forma tenga que ver con salud, eso es telesalud. Por ello, los sitios en internet que dan consejos sobre cómo prevenir enfermedades, cómo dar masajes, que recomiendan dietas o que despliegan información sanitaria y cosas por el estilo, están haciendo telesalud. Como podemos ver, el término telesalud es muy incluyente.

Hay algunos otros términos muy en boga hoy día y que no cubriremos por razones de espacio, pero hay uno en particular que no queremos dejar pasar desapercibido y es el E-health. Este es un término que se ha puesto de moda en el inglés y que si consultamos glosarios de telesalud o preguntamos a verdaderos expertos en el área, lo definen simplemente como un sinónimo de telesalud. Sin embargo, algunos dicen que este término se refiere a todas las formas electrónicas del cuidado de la salud realizadas a través de internet y esto va desde información básica hasta servicios ofrecidos por profesionales o por los propios consumidores[3]. No obstante, la mayoría de expertos consideran que el término Telesalud incluye el de e-health.

La doctora Melva Márquez, profesora en la Escuela de Idiomas Modernos de la Universidad de Los Andes en Mérida, Venezuela, es precisamente especialista en lingüística aplicada a la tecnología y nos dice: “Desde el punto de vista de su procedencia, e-health es un anglicismo puro porque no tiene ningún tipo de adaptación ortográfica al español. Desde el punto de vista de su formación léxica es un término pseudoprefijado”. En su tesis doctoral ella llamó pseudoprefijos a aquellos afijos de origen léxico ubicados en anteposición y que representan una palabra o un término. Ejemplos de esto son: e-, de electronic; m- de mega.

En general podemos decir que la telesalud tiene dos grandes modalidades según el momento de envío y recepción de la información, una es síncrona o en tiempo real y la otra es asíncrona. Como se puede intuir, se habla de telesalud en tiempo real cuando el acto o intercambio de información se realiza al momento, esto es, mientras los actores están conectados a través del sistema. La telesalud asíncrona es aquella en la cual la interacción entre los actores no ocurre instantáneamente, es decir, los actores no tienen que estar conectados al mismo instante. En este caso pueden usarse herramientas como el correo electrónico. Quien envía la información lo hace sin importar si el destinatario está conectado al sistema en ese instante. El receptor al conectarse encuentra la información, la revisa y responde emitiendo su opinión o consejo y quien originalmente envió el mensaje leerá la respuesta la próxima vez que se conecte al sistema.

Depende de la aplicación, de la tecnología disponible, de la especialidad y de las necesidades, una modalidad será más apropiada que la otra. En la próxima entrega daremos algunos ejemplos de esto y hablaremos sobre algunas de las tecnologías de telesalud y sus aplicaciones.

Andrés Eloy Mendoza R.

Bioingeniero

Agradecimiento:

Al Dr. Yadin David, Consultor de Ingeniería Biomédica, por su valiosa colaboración en la elaboración de este artículo. El Dr. David es fundador y primer Presidente del Centro de Leyes para la Telemedicina y e-Health (Center for Telemedicine and e-Health Law, www.CTeL.org) y asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) así como de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en materia de Telesalud e Ingeniería Clínica y entre los diferentes países a los cuales presta asesoría hay que mencionar a la China, donde supervisa los respectivos programas de Telesalud e Ingeniería Biomédica.


Bibliografía

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Maheu, Marlene and others, E-Health, Telehealth and Telemedicine: A Guide to Start-Up and Success. Jossey-Bass: A Wiley Company, San Francisco. 2001. Pgs. 380.

Nesbitt, Thomas. Telehealth Today and Tomorrow. Presentación en la Universidad de California en Davis, California, USA. 2003.

NORRIS, A.C., Essentials of Telemedicine and Telecare. John Wiley and Sons, LTD., West Sussex, England. 2002. Pgs. 177.

Reid, Jim. A Telemedicine Primer: Understanding the Issues. ISBN 0-9653045-0-7. Innovative Medical Communications, Des Moines, IA, USA. 1996. Pgs. 303.

Telesalud en las Américas. Editado por la Organización Panamericana de la Salud, OPS. Organización de los Estados Americanos. ISBN 0-8270-4613-8. 2003. Pgs. 49.


[1] NORRIS, A. C. Essentials of Telemedicine and Telecare, Pag. 2.

[2] Idem. Pag. 3.

[3] ALLEN, Ace y otros. E-Health, Telehealth, and Telemedicine. Pag. 3.

jueves, 9 de julio de 2009

José Gregorio Hernández Cisneros

Este artículo fue publicado orginalmente en el diario El Impulso de Barquisimeto, Venezuela el día 10 de Noviembre de 1990, en el Cuerpo C, pag. 1.

A 126 AÑOS DE SU NACIMIENTO SU LUZ BRILLA CON MAS FULGOR

Cuando estudiamos la Historia de la Medicina en Venezuela, nos encontramos con nombres de hombres ilustres que han dado brillo a esta ciencia en nuestro país. Allí han quedado inscritos los nombres de los inmortales Doctores José María Vargas, Pablo Acosta Ortiz, Luis Razzeti, Lisandro Alvarado, Antonio María Pineda para solo nombrar algunos. Sin embargo hay uno que es tal vez más famoso que todos ellos, pero no por su gran contribución a las ciencias médicas en la patria de Bolívar, sino por su caridad, la heroicidad de sus virtudes cristianas, y en fin, su santidad. Es el Dr. José Gregorio Hernández Cisneros. Su entrega para con el prójimo es tal que nos hemos olvidado de su gran aporte a la medicina en Venezuela. Es el propósito de este artículo rescatar algo del José Gregorio Hernández científico que ha quedado en el olvido.

Como un edén esculpido por las manos de la eternidad en las rocas ígneas de las montañas andinas se encuentra un pintoresco pueblito llamado Isnotú, en el Distrito de Betijoque, Estado Trujillo, República de Venezuela. En este bello paisaje venezolano las montañas parecieran buscar empinarse sobre el horizonte para abrazar el cielo y besar al todopoderoso en acción de gracias por tanta belleza. Y el 26 de Octubre de 1864, estos lares son de nuevos benditos por la providencia, esta vez en las personas de Benigno Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros Mansilla cuando nace de su unión un niño que se llamaría JOSE GREGORIO. Luego de su muerte el pueblo de Venezuela le conocería como "El Siervo de Dios", y la Historia de la Medicina venezolana lo bautizaría "El Pasteur de Venezuela". Los venezolanos esperamos que con el correr del tiempo se convierta en el primer santo laico de Latinoamérica.

El niño José Gregorio cursó sus primeros estudios en la única escuela del pueblecito, bajo la tutela de don Pedro Celestino Sánchez. Cuando apenas cuenta 8 años de edad muere su madre, quien había sembrado en él la semilla de su profunda devoción cristiana. A los 13 años se separa de su familia y va a Caracas para proseguir sus estudios en el Colegio Villegas. En Junio de 1882 culmina sus estudios de Bachillerato en Filosofía con las mejores calificaciones.

Apenas tenía 17 años José Gregorio cuando ingresa a la Universidad Central de Venezuela para cursar sus estudios de Medicina. Originalmente él quería estudiar derecho, pero su padre le persuadió a estudiar medicina, pues así podría ayudar más a la gente necesitada y aliviaría el dolor de los enfermos. Ya en la Universidad Central entabla una fraternal amistad con Santos Aníbal Dominici, quien sería uno de sus mejores amigos en toda su vida. Durante esta época también cultiva la música y se dedica a aprender a ejecutar el piano.

El 19 de junio de 1888 se gradúa de Bachiller en Ciencias Médicas, y el 26 del mismo mes eleva a la rectoría su petición junto a los documentos correspondientes para optar al grado de Doctor en Ciencias Médicas. Y el viernes 29 del mismo mes y año, comparece el joven de 22 años ante el jurado examinador, y responde a todas y cada una de las preguntas con firmeza y acierto. El Dr. Vicente G. Guánchez recogió y leyó el veredicto: "Aprobado y sobresaliente, por unanimidad".

Con emocionadas palabras el señor Rector de la Universidad Central de Venezuela, el Dr. Aníbal Dominici le entregó el diploma y sin pensar que pronunciaba una frase profética le dijo: "Venezuela y la medicina esperan mucho del doctor José Gregorio Hernández".

Luego de su grado, el Dr. Hernández viaja a su región natal y estudia la posibilidad de ejercer su carrera allí. Pero encuentra en la zona muchas injusticias del gobierno y no era él persona de callarse ante éstas. En febrero de 1889 escribe desde Isnotú una carta a su amigo Santos A. Dominici donde le cuenta que un amigo le ha dicho que: "en el gobierno de aquí se me ha marcado como godo y se está discutiendo mi expulsión del estado, o más bien si me envían preso a Caracas".

Por esos días le llega una carta de su maestro y profesor el Dr. Calixto González, medico de cabecera del Presidente de la República, el Dr. Juan Pablo Rojas Paúl. En ésta le cuenta que el gobierno piensa instituir en Venezuela los estudios de Microscopía, Bacteriología, Histología Normal y Patológica y Fisiología Experimental. El gobierno ha creado una beca en París para un "joven médico, de nacionalidad venezolana, graduado de Doctor en la Universidad Central, de buena conducta y de aptitudes reconocidas." Y él ha insinuado el nombre de José Gregorio al primer mandatario. El Dr. Hernández regresa a Caracas y por decreto ejecutivo del 31 de Julio de 1889 le nombran becario en París luego de ser seleccionado de entre muchos aspirantes.

De su viaje a París se tiene muy poca información. Se sabe que ya para noviembre está recibiendo clases en el laboratorio de Histología del profesor Mathias Duval. Todos los profesores elogian el celo con que sigue sus cursos y de nuevo se destaca por sus aptitudes para el aprendizaje. Durante su estadía en Francia muere su padre don Benigno el 8 de marzo de 1890. Fue este un rudo golpe para él. Sus compañeros cuentan que duró como un mes muy callado y entristecido.

El Presidente de Venezuela, el doctor Andueza Palacios, informado de los adelantos del becario le confió para su regreso la traída de todo el material e instrumental para crear el Laboratorio Nacional en Caracas. A la llegada del Dr. Hernández, el Presidente dicta el decreto por el cual crea en la Universidad Central de Venezuela los estudios de Histología Normal y Patología, Fisiología Experimental y Bacteriología.

El viernes 6 de Noviembre de 1891, el Dr. Hernández prestó juramento como profesor ante el rector de la Universidad, Dr. Elías Rodríguez. Así inicia él la enseñanza de las Cátedras Histología Normal y Patología, Fisiología Experimental y Bacteriología; instala el laboratorio adquirido por él en Europa por encargo del gobierno venezolano y trae al país el primer microscopio. Con esto encamínase al sitial de eximio propulsor de la era pasteuriana y la medicina experimental en Venezuela.

Comentarios muy favorables se escucharon por el rendimiento Hernández como profesor. Entre otros elogios, el Dr. Diego Carbonell dijo: "Hernández fue no sólo el fundador de la enseñanza bacteriológica en Venezuela, sino que ningún otro entre los profesores de la Universidad Central, y despojémonos del orgullo para proclamarlo, ha sabido enseñar como él y con su entereza de educador".

El Dr. Ambrosio Perea, gran historiador de la medicina Venezolana, en discurso pronunciado el 2 de agosto de 1944, afirmó: "El que imparcialmente estudia las páginas de la historia de la Medicina venezolana encuentra tres fechas trascendentales en la evolución de la Medicina nacional: 1763, 1827 y 1891. En efecto: el 10 de octubre del año 1763 inaugura la Cátedra de Medicina en la Universidad Real y Pontificia el ilustre Doctor Lorenzo Campíns y Ballester; el 9 de Noviembre de 1827 el Dr. José María Vargas da comienzo a la Cátedra Oficial de Anatomía, después de haber decretado el Libertador, naturalmente por insinuación del Rector Vargas, el 24 de junio del mismo año, la creación de la Facultad de Medicina, que vino a sustituir el antiguo Protomedicato creado por Real Cédula de Carlos III de 14 de mayo del año 1777. Por fin, el 6 de noviembre de 1891 el doctor José Gregorio Hernández inicia la Cátedra de Bacteriología y con ello implanta oficialmente en nuestra alma mater la revolución establecida por Pasteur en el campo de las ciencias biológicas. Tres períodos, pues, abarca nuestra historia médica:

el primero de formación de escuela y de facultativos nacionales; el segundo iniciado por Vargas, de reforma y de superación científica, y el tercero, comenzado por Hernández, de revolución de sistema y de imposición de la experimentación en los estudios".

El Dr. Hernández publicó muchos trabajos y artículos. Entre otros hay que mencionar un texto titulado "Elementos de Filosofía". Según los entendidos demuestra aquí su profundo dominio de esta materia. En 1893 publicó en la GACETA MEDICA DE CARACAS un trabajo titulado "Sobre el Número de Glóbulos Rojos". Este fue enviado al Primer Congreso Panamericano reunido en Washington el 12 de Junio de ese año. En este Congreso se declaró que la Cátedra de Bacteriología fundada por José Gregorio Hernández el año de 1891, era la primera fundada en América.

En 1905, el secretario perpetuo de la Academia Nacional de Medicina, Dr. Luis Razetti promovió en la corporación una polémica sobre la "doctrina de la descendencia de la materia viva en la superficie de la tierra". El Dr. Razetti envió cartas a los académicos para recoger opiniones a favor, en contra, e indiferentes. La del Dr. Hernández fue de las contrarias. El se pronuncia creacionista. También escribe en su carta:

"Pero opino además, que la Academia no debe adoptar como principio de doctrina ninguna hipótesis, porque enseña la Historia que, al adoptar las Academias científicas tal o cual hipótesis como principio de doctrina, lejos de favorecer dificultan notablemente el adelantamiento de la ciencia".

El fallo de la Academia fue el siguiente:

"Que los fundamentos que sirven de base a las mencionadas conclusiones son una consecuencia legítima de lo que la ciencia actual enseña; sin que se entienda que la Academia les presta con su autoridad el carácter de una verdad indiscutible".

Del Dr. Hernández hay muchas anécdotas interesantes y aleccionadoras. Son verdaderos ejemplos para los hombres de nuestra sociedad, sobretodo hoy día que nuestra sociedad está tan descompuesta por el flagelo de la corrupción.

En una oportunidad se trataba de practicar una pequeña intervención a un conocido médico de Caracas. Colegas que le visitaban creyeron poder descubrir los síntomas del tétanos. Ya habían resuelto aplicarle una inyección de suero antitetánico. En eso llega el Dr. Hernández y lo examina. Como no detecta más que un temblor nervioso le receta una cucharadita de bromidia y repetir si es necesario. Uno de los facultativos presentes, de elegante porte, que dudaba del diagnóstico del Maestro, recibió de él esta lección: - "Eso no es tétanos; fuera lo mismo que si yo dijese que usted es un hombre chiquitico y enclenque". Y éste, quizás pensando que la consabida inyección del suero fuera más eficaz, fuese lo indicado, o sucedáneo de la bromidia, le pregunta:

- Pero bien, ¿qué perderíamos con ponerle la inyección?

El Dr. Hernández le responde rápidamente y con sobrada autoridad moral, dando una lección que se agiganta con el correr del tiempo:

-PERDERIAMOS HONRADEZ; PERDERIAMOS MORALIDAD...

En 1908, el Dr. Hernández abandona su patria para irse a la Cartuja y hacerse monje. Luego de diez meses se ve forzado a abandonar su sueño de hacerse monje al no poder soportar el trabajo forzado a que son sometidos éstos. Así, para el 21 de abril de 1909 regresa a su patria.

La obsesión del Dr. Hernández era hacerse sacerdote y a su regreso ingresa al Seminario Mayor de Caracas y abandona la medicina. Pero un buen día más de treinta universitarios llegaron al seminario para llevárselo de nuevo a la Universidad, y tanto insistieron que el Arzobispo de Caracas, Monseñor Juan Bautista Castro le recomendó regresar a sus aulas a enseñar. El 17 de mayo es nombrado de nuevo titular en la Universidad Central de Venezuela.

El año de 1912 encuentra al Dr. Hernández trabajando arduamente con la idea de crear un Instituto de Bacteriología y Parasitología. Escribe al Presidente Juan Vicente Gómez pidiendo la colaboración del Ejecutivo. Sin embargo, por razones eminentemente políticas, éste ordena el cierre indefinido de la Universidad. Hernández critica este hecho, y según Fray Nicolás de Cármenes, M.C. dijo:

"...es - me dijo - una injusticia enorme, hasta una crueldad. A muchísimos jóvenes de familias de escasos recursos los inutilizan para la carrera y es difícil que puedan salir airosos con cualquier otro oficio, y muchas familias se han de ver al borde de la miseria debido a esa medida".

En esos días tuvo la oportunidad de hablar con el Presidente Juan Vicente Gómez y no ocultó su descontento por la decisión de cerrar la Universidad. El mandatario, notando su incomodidad, le aconseja no meterse en la política porque ésta es muy complicada. El le responde en forma tajante:

-Pues vea usted, mi General. A mí no me parece tan complicada. Mi política consiste en servir a Dios a través de la ciencia, porque una ciencia sin Dios, es una ciencia carente de sentido.

En 1913, de nuevo abandona su patria el Dr. Hernández para irse al Colegio Pio Latino con la intención de hacerse sacerdote. El invierno europeo le afecta y sufre una fuerte pleuresía la cual le hace regresar a Venezuela para agosto de 1914. Para entonces ya ha estallado la Primera Guerra Mundial.

A su regreso de Europa el Dr. Hernández se reintegra a todas sus actividades. Vuelve a sus clases en la Universidad aun cuando esta permanece cerrada, a sus consultas gratis de los pobres, y sus devociones religiosas.

Una vez más el Dr. José Gregorio Hernández marca pauta en los anales de la medicina venezolana cuando en 1916 introduce a Venezuela el primer aparato para medir tensión arterial. Este primer tensiómetro usado fue del tipo esfigmomanómetro de Potain, y con él el Dr. Hernández tomó la tensión arterial a todos sus alumnos.

En marzo de 1917, el Dr. Hernández de nuevo va a Europa y Estados Unidos con la idea de complementar sus estudios de Embriología e Histología. Por motivo de la guerra mundial no se puede quedar en Europa, y en Estados Unidos tampoco consigue facilidades para quedarse. Visita a su amigo de siempre, el Dr. Santos Aníbal Dominici, quien para ese entonces es Cónsul de Venezuela en Washington. Pasa por Ciudad de México, y para marzo de 1918 regresa a Venezuela.

De nuevo vuelve al ejercicio de la medicina, y el 13 de junio de 1918, presenta ante la Academia Nacional de Medicina el siguiente trabajo: "Nota preliminar acerca del tratamiento de la tuberculosis por el aceite de chaulmoogra". Numerosas felicitaciones recibió por este trabajo, entre otros de los doctores González Rincones y Rísquez.

El día 29 de junio de 1919 se firmó el tratado de paz de la primera guerra mundial. El Dr. Hernández se levantó muy temprano como de costumbre y asistió a misa. Según cuenta el sacerdote jesuita Carlos Guillermo Plaza en su escrito "La Inquietud de los Grandes", esa mañana tuvo el siguiente diálogo con un amigo:

-¿Qué le pasa, Doctor. ¿Por qué está tan contento?

-¿Cómo no voy a estar contento? Se ha firmado el Tratado de Paz...! La Paz del mundo! ¿Tú sabes lo que eso significa para mí?

El Doctor sonreía y se quedó un momento pensativo, como dudando si entrar o no, en el terreno de las confidencias; por fin levantó la cabeza, y bajito, para los dos solos:

-Mira- le dijo - te voy a hacer una confidencia: yo he ofrecido mi vida en holocausto por la paz del mundo... Ahora solo falta...

Y una sonrisa alegre y presentida iluminó su semblante.

El amigo tembló ante el presentimiento y la casi profecía de su muerte.

A primeras horas de la tarde llegaron a solicitarle sus servicios médicos para una ancianita muy grave. De inmediato se marchó a atenderla. La encontró tan grave como le habían dicho y como era tan pobre, le compró él mismo los remedios en una Farmacia en la esquina de Amadores. Iba a llevar estos a la ancianita cuando un tranvía que bajaba de La Pastora estaba detenido entre las esquinas de Amadores a Urapal. El Dr. Hernández quiso pasar por delante de éste y no se percató de un automóvil que venía detrás en la misma dirección. El carro lo lanzó contra un poste de teléfonos y cayó sobre la acera con el cráneo fracturado muriendo casi instantáneamente. Así se apagó la luz de la vida física del Pasteur de Venezuela.

Su entierro fue uno de los más apoteósicos que recuerda la ciudad de Caracas. Según los relatos más de treinta mil personas acudieron a dar su último adiós a este noble hombre y recordemos que para ese entonces la capital distaba mucho de ser la enorme urbe de hoy día. Fue llevado en hombros hasta el cementerio por el pueblo que le veneraba y lloraba, no por políticos e hipócritas.

Rómulo Gallegos, nuestro insigne novelista, escribió:

"Lágrimas de amor y de gratitud, angustioso temblor de corazones quebrantados por el golpe absurdo y brutal que tronchara una preciosa existencia, doloroso estupor, todo esto formó en torno del féretro del Doctor Hernández el más honroso homenaje que un pueblo puede hacer a sus grandes hombres; pero no fue el duelo vulgar por la pérdida del cuidadano útil y eminente, sino un sentimiento más hondo, más noble, algo que brotaba en generosos raudales de lo más puro de la sustancia humana: un sentimiento que enfervorizaba y levantaba las almas, haciendo de aquel que debiera ser cuadro de desolación un espectáculo consolador.

...No era un muerto a quien se llevaba a enterrar; era un ideal humano que pasaba en triunfo, electrizándonos los corazones; puede asegurarse que en pos del féretro del Doctor Hernández todos experimentamos el deseo de ser buenos."

A pesar de que la majestuosidad de su espíritu lo acerca a las cosas divinas, la grandeza de su pensamiento lo sublima en la vasta inmensidad de la ciencia, dicotomía irrefutable a través de los tiempos. José Gregorio Hernández seguirá siendo epónimo de entrega para con el prójimo y abnegación en el trabajo.

Ing. Andrés Eloy Mendoza R.

Octubre 1990

BIBLIOGRAFIA

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ANGULO-ARVELO, L. A. "Historia de la Medicina en Venezuela". Ediciones OBE, Universidad Central de Venezuela.

NUÑEZ PONTE, J. M. "Dr. José Gregorio Hernández". Imprenta Nacional, 1958.

DIAZ ALVAREZ, MANUEL. "El Médico de los Pobres". Ediciones Paulinas, 1988.

GUERRERO, ALFONSO. "Cristianos de Hoy". Ediciones Paulinas, 1988.